El intenso debate generado por la perspectiva de un segundo intento de modificación del plan regulador metropolitano de Santiago (PRMS-100) revela una necesidad insatisfecha desde hace demasiado tiempo, la de dotar a Chile de un mejor sistema de gestión territorial. Desgraciadamente, la discusión se ha centrado en temas técnicos y a excepción de algunas intervenciones certeras y aisladas (ver columna de Lake Sagaris), se olvida que la participación ciudadana y la voluntad política a largo plazo son los elementos esenciales de todo proyecto de territorio. En un mundo que evoluciona acelerada e impredeciblemente, ningún análisis es capaz de predecir ni de guiarnos hacia el futuro que ambicionamos. El único modo de avanzar es fijar un horizonte consensuado de desarrollo y prepararse a un trabajo de largo aliento, coherente y estratégico.
27 de diciembre de 2010
Descentralización y estrategia territorial: el contraejemplo del PRMS
El intenso debate generado por la perspectiva de un segundo intento de modificación del plan regulador metropolitano de Santiago (PRMS-100) revela una necesidad insatisfecha desde hace demasiado tiempo, la de dotar a Chile de un mejor sistema de gestión territorial. Desgraciadamente, la discusión se ha centrado en temas técnicos y a excepción de algunas intervenciones certeras y aisladas (ver columna de Lake Sagaris), se olvida que la participación ciudadana y la voluntad política a largo plazo son los elementos esenciales de todo proyecto de territorio. En un mundo que evoluciona acelerada e impredeciblemente, ningún análisis es capaz de predecir ni de guiarnos hacia el futuro que ambicionamos. El único modo de avanzar es fijar un horizonte consensuado de desarrollo y prepararse a un trabajo de largo aliento, coherente y estratégico.
5 de diciembre de 2010
La Promesa de la Ley de Migraciones en Chile: ¿Un olvido consciente?
“Chile nunca ha tenido políticas claras de inmigración. Éstas han sido más bien producto de coyunturas sociales y han estado marcadas, según se desprende de documentos oficiales, por consideraciones racistas que tenían como fin dotar al país de una estructura cultural, social y económica superior”. (1)
Esta declaración corresponde a un resultado de un informe realizado por la Organización Internacional para las Migraciones (OIM) en el año 2003, y que nos habla de una realidad: hasta la fecha Chile no cuenta con una política explícita migratoria, que defina los objetivos y estrategias a seguir en la recepción de personas del extranjero, y que estén en sincronía con los grandes ejes para el desarrollo económico, social y cultural de la nación.
Sin desmerecer los esfuerzos que los Gobiernos de la Concertación han realizado durante los últimos años, por medio de diversos tratados internacionales (2) ; la instalación del Sistema de Protección Social que ha reforzado la entrega de servicios sociales, para toda la población, incluyendo al inmigrante (regular); el último Instructivo Presidencial donde el Estado (3) se compromete a realizar una reforma legal; es posible afirmar que el país aún no cuenta con los recursos políticos e institucionales para la acogida de esta tercera ola migratoria. Pero, ¿Qué se entiende cuando se habla de una “tercera ola de migrantes”?
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