9 de noviembre de 2010

Sebastián Piñera en Sciences Po de París: Crónica de un Examen Reprobado

Muchos de los estudiantes e investigadores chilenos que nos encontramos en Paris, esperábamos con expectación la intervención del Presidente Sebastián Piñera a su paso por Francia, la cual fue, a decir verdad muy por debajo de las expectativas. Quisiera esta vez, desde la subjetividad, sólo hacer una crónica de su desafortunado paso por el Instituto de Estudios Políticos de Paris Sciences PO, en lo que a nuestro juicio puede ser una verosímil semblanza de un examen reprobado.

Sin duda, es necesario y deseable que los presidentes hablen a los académicos, intelectuales y universitarios en general,  este tipo de conferencias, son parte de los ritos de la democracia y pertenecen al ámbito de las relaciones públicas de los mandatarios. Pero a la vez, son un examen de la capacidad de los presidentes para aproximarse a las discusiones e inquietudes propias del mundo académico. Así como se les exige también que sean capaces de comunicarse con el mundo popular, los trabajadores, artistas, etc., en fin, saber nadar en varias aguas. Michelle Bachelet también se reunió con la comunidad universitaria en su visita en Francia, al igual que otros presidentes chilenos y latinoamericanos. Sin embargo, lo que llama la atención en esta ocasión, es el contenido del mensaje del actual Presidente, carente de elementos significativos para el contexto, situado completamente fuera de las preguntas que  hoy convocan a reflexionar sobre Chile a la comunidad universitaria en el extranjero.

Tal vez no le informaron, tal vez lo quiso ignorar  o quizás obnubilado por su afán de transportar el rescate de los mineros transformado en “showbiz” a la escena global, no pensó que el discursillo del país exitoso lejos de las herencias de la dictadura podría caer mal en una instancia como esa. No digamos que los presidentes van a hablar mal de sus países, lo que sería ridículo, pero dada la realidad chilena, se espera una mínima crítica inteligente, incluso mencionando las vías para solucionar los problemas desde su perspectiva particular de derecha, o como él quiera llamarse. No se puede ir ante un público que conoce lo que pasa en Chile, donde muchos llevan años investigando sobre temas complejos de la democracia chilena y latinoamericana, a presentar la simpleza de un discurso que repasó generalidades de la relación sentimental entre Chile y Francia, matizando con el rescate de la mina y el terremoto. Ignorados pasaron los problemas de la desigualdad en la educación pública y privada, de la excesiva concentración de la riqueza, la falta de pluralidad en los medios de comunicación, de las fallas en el sistema privado de pensiones, del escaso apoyo de los ciudadanos a las instituciones republicanas, de los vacíos en la producción científico técnica, de la débil protección de los derechos de los trabajadores, sólo por mencionar algunos temas. Esto resulta inaceptable en una instancia universitaria, más aún viniendo de un Presidente de la República. Sin embargo, hay que concederle, que al menos tuvo el coraje de enfrentarse a todas las preguntas del público, escuchar atentamente y sin arrogancia, cosa que otros no han hecho.

El público examinador esperó pacientemente el fin de una perorata llena de clichés y frases “para la galería”, y a la hora de las preguntas la molestia no se hizo esperar. El representante de un grupo de investigadores chilenos hace llegar una carta al Presidente y pregunta sobre el modelo económico chileno con uno de los índices de desigualdad más altos del mundo y sobre la necesidad de cambiar la Constitución heredada de Pinochet. No puede haber un país que se aprecie democrático y que mantenga una constitución creada en dictadura, comentaba el investigador. Aplausos del público. La respuesta del Presidente: los chilenos consideran que la Constitución ya es democrática y además ya ha sido reformada por un presidente socialista, Ricardo Lagos. Vaya respuesta, primera reflexión: Piñera ignora que un 48% de los chilenos votó por un candidato que proponía una nueva constitución. Aunque el tema no esté en las encuestas, la demanda ya entró al sistema político, sin embargo él no acusa recibo. Acto seguido nos surge la pregunta existencial ¿fue Ricardo Lagos un presidente socialista?, el ambiente empezó a calentarse en la sala.

Un estudiante pregunta, ¿cómo se siente un Presidente de derecha en Chile ante un continente que gira a la izquierda? Aumenta la dificultad, la cuestión no es banal y requiere una respuesta compleja sobre izquierdas y derechas. El Presidente sonriente explica, a los franceses, que la izquierda en Francia quería cortar la cabeza del rey mientras la derecha le apoyaba, pero que hoy, nadie quiere cortar la cabeza de nadie. ¿Nos querrá decir que ya no existe la derecha y la izquierda? tal vez cree como dice  la doctrina del ministro y co-animador Golborne, que sólo basta con ser buena persona. Las risas entre el público no fueron por el chiste, tal vez no habían escuchado nunca una respuesta tan superficial ni en los primeros años de preparatoria. No se trata de pedirle un tratado sobre filosofía política, pero no se puede hablar de ese tema tan ligeramente. Como si en Chile no existiesen las contradicciones sociales que sostienen aún estos dos sectores históricamente antagónicos, que saltan a la vista cada vez que se tocan temas relativos al modelo económico entrañablemente desigual y de asuntos valóricos relacionados con una sociedad secular.

La desconfianza del público hacia su interlocutor comienzó a transformarse en indignación. Una alumna cita al minero Franklin Lobos: “no somos héroes, sino víctimas de empresarios que ganan millones”, silencio en la sala… entonces qué piensa Ud. señor Presidente, increpa la estudiante. El Presidente responde que puede que los mineros no sean héroes, pero que han tenido actitudes heroicas y lo que comenzó siendo una tragedia terminó siendo una bendición. Por supuesto, una bendición para su gobierno que majaderamente ha querido transformar el rescate en un circo mediático. Ese sí que es un tema de estudio tremendamente interesante, comentaba un asistente, cómo los medios crean una atmósfera, un melodrama que condiciona roles, sentimientos y apoyos, entre verdad y falsedad, pero que los gobiernos sin duda aprovechan para subir su popularidad en una estrategia de banalización del fondo del problema. Eso aún es entendible, lo que es desagradablemente sorprendente es la estrategia de llevar como estandarte de Chile en el extranjero, tal imagen distorsionada y banalizada de los acontecimientos.

Luego vinieron las preguntas más duras sobre la situación de los Mapuches, aparecieron las pancartas y lienzos. Si bien el actual gobierno carga un lastre del anterior en esta materia, cosa que sabe todo el mundo, no es pertinente que la derecha se desentienda del tema completamente. Recordemos que son los parlamentarios de la Alianza por Chile en los distritos y circunscripciones de tierras mapuches, quienes presionaron muchas veces exigiendo la aplicación de la ley antiterrorista. Por supuesto el Presidente no hablaría de eso, pero ha sido definitivamente indignante y provocador que se haya atrevido a comentar el lienzo “Libertad al Pueblo Mapuche” diciendo: “Creo que los mapuches son más libres que muchos de ustedes porque tienen una historia”. La frase tan poco afortunada tuvo inmediatamente réplica “!no hable en nombre del pueblo mapuche, es indigno! replicó uno de los asistentes en medio de lo que ya era una actitud generalizada de reprobación. Tras otras preguntas sobre el tema mapuche y otras relacionadas con el matrimonio homosexual, la incomodidad del mandatario chileno era evidente y el moderador dio por finalizada la reunión.

El paso de Sebastián Piñera por el Instituto de Estudios Políticos de Paris, deja una tremenda decepción entre quienes esperábamos al menos una oportunidad de discutir con altura sobre los desafíos de la sociedad chilena. Esta situación se repitió antes con los alumnos e investigadores de la LSE en Londres, lo que es una muy mala señal, seguida por otras desafortunadas intervenciones del Presidente, la última en Alemania que resultó definitivamente bochornosa. En medio de todo ello, el primer mandatario chileno se fue con una carta de los investigadores chilenos en Francia, que expresa la voluntad y la disposición por avanzar hacia una sociedad más democrática, derribando primero los mitos construidos en torno a un país que aún no termina de instalar su democracia y que necesita una NUEVA CONSTITUCION legítima ante todos los chilenos.

2 comentarios:

  1. No soy chilena(italiana) pero vivo en Chile desde hace muchísimos años, por lo que estoy absolutamente incerta en ésta, mi segunda patria. No me extraña para nada lo que he leido porque a menudo cuando dan noticias del "presidentillo de Chile" me da verguenza agena...su TREMENDO EGO y su poca cultura lo caracteriza.
    Felicitaciones por tan buena cónica...dice lo que él es.

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  2. Este caballero fue electo por su capacidad de mentir, le mintio a todo el pueblo chileno haciendo promesas que jamas cumplio... dice que han avanzado en el tema de educacion... pero es otra mentira mas... si algo hace bien, es mentir y evadir los temas de los cuales no le conviene discutir. ARRIBA EL MOVIMIENTO EDUCACIONAL CHILENO. EDUCACION DIGNA PUBLICA Y DE CALIDAD !

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